lunes, 21 de abril de 2014

ESE DOLOR...TAN AGRADABLE



 


Ha pasado la Semana Mayor, la semana por la que todos suspiramos durante un año entero. Aquella semana que, para los que somos costaleros, preparamos concienzudamente durante meses previos de frío, agua o llovizna, igualás extemporales, ensayos mañaneros o que se prolongan hasta las tantas, en esa especie de trasunto de la Madrugá más larga.

Hemos recorrido con nuestros pies las calles de Sevilla; conocemos, casi de memoria, donde está el socavón traicionero, el lomo, el "bujero" o el usillo... Nada de eso importa ya. Es lunes y la mayoría nos incorporamos a nuestros trabajos después de haber disfrutado, por fin, de una Semana Santa casi plena, después de cuatro años de lágrimas, decepciones y lluvia, mucha lluvia....

Y a pesar de incorporarnos a nuestros quehaceres diarios, cuando volveremos a ser parte de ese todo invisible que es nuestra vida cotidiana, lo hacemos con una sonrisa en los labios.... En los ratos libres te afanas por buscar por las redes sociales o por YouTube vídeos de tu cofradía, ansioso de repasar los mejores momentos de aquella larga corría que, como cuando un torero cuaja un toro, deseas volver a repasar.

Recuerdas los momentos en que tus pies se separaban de la tierra para fusionarse en una eterna levantá al cielo con tu Cristo o con tu Virgen, mientras no dejas de silbar esta o aquella marcha que te marcó especialmente.

Tus cuerpo presente heridas de la reciente batalla, cuellos irritados, llagados o hinchados, brazos con cardenales, dolor en la espalda o la rodilla, pero sigues estando extremadamente feliz, pues sabes cual fue el resultado de la misma: de nuevo Cristo volvió a vencer a la muerte y, aunque por poco tiempo, así lo proclamó desde la Iglesia de Santa Marina.

Hoy es lunes... hemos vuelto a nuestros trabajos y casi no podemos abrocharnos la camisa, la corbata parece un yugo, el cuello hinchado echa chispas. Todo te da igual....sigues marcando el compás de la marcha que pasa por tu cabeza aporreando con los dedos encima de la mesa. Es entonces cuando, mirando por la ventana, tu vista se obnubila recordando lo vivido.

Vuelves a tu vida cotidiana acompañado de ese dolor tan agradable, que solo los costaleros sabemos entender...
 
(Foto by Google.com)
 
 

jueves, 27 de marzo de 2014

S.P.Q.R.



 
 
 
 


Nos habían engañado. Todos los cofrades, y los que habíamos cursado la materia de latín en el instituto, estábamos convencidos de que éstas iniciales o acrónimo, S.P.Q.R., -quizás el eslogan más conocido del mundo entero-, hacían referencia a la expresión, "el Senado y el Pueblo de Roma", grandísima falacia por cierto, aunque eso sea harina de otro costal, porque poco le importaba a los miembros del Senado romano lo que el pueblo reclamara para sí.

Decía que todos creíamos a pies juntillas que esas iniciales respondían a tal afirmación, hasta la noche del pasado martes. El latín en macareno, es más vulgar, más de colonia o de barrio, pero con un sabor mucho más puro. S.P.Q.R. en macareno significa esto: ¿Sabes Pepo Que ya eres Romano?

Tras vencer a la más dura de las batallas, que ya quisiera César en "La Guerra de las Galias", y tras muchos años de espera, XI si mal no recuerdo, por fin has alcanzado el sueño deseado, ser Armao de la Macarena. ¡Casi ná....! Has sido bendecido con las Reales Órdenes de la Gandinga y las Plumas Blancas. Te acompañan otros dos ilustres Nicolás Moreno y Fernandito García. Moreno, Pepo y García, que suena ya a mítica defensa del Sevilla F.C. en los años cuarenta....

A golpe de rancataplán, tu cuerpo fue cubriéndose de una extraña piel de terciopelo corinto o grana, -que ya te dirán los "guasas", en esta Sevilla de la ojaneta que rima con nagüeta, que es para que no se noten las manchas de tinto..; aquí todos critican, pero más de uno ha soñado desfilar por Sevilla vestío de armao-, o de escamas de orfebrería de una coraza. Tu cuello creció un par de centímetros para que fuese abrochado por una gola blanca con cinta roja, tus muñecas se cubrieron de cuero repujado, mientras que tu andar, ahora alegre, ahora pausado en su mecía, recordaba el andar de nuestro Cristo de la Sentencia.

Al rancataplán del tambor de Pepe Hidalgo tus pies ya desgastan los chinos de la explanada del Parlamento de Andalucía, otrora Hospital de las Cinco Llagas, en la que una bonita leyenda decía que había aparecido la Esperanza Macarena. Esperanza que este año llevarás, ya al Virgen Macarena, ya al Virgen del Rocío, a cuantos enfermos visitáis en vuestro recorrido por la ciudad.

Te quedan cientos de vivencias y recuerdos por experimentar. Tu primera guardia, donde sentirás lo que sentía Joselito "El Gallo" al vestirse de torero...no es extraño que el matador macareno pagase la hechura de estas ropas, a solicitud de su amigo Juan Manuel Rodríguez Ojeda, pues mucho tienen de torero los armaos de la Macarena. Aquí estaré yo, cual fiel mozo de espadas, para vestirte con estas nuevas galas, como hacía Sánchez Mejías con su cuñado, cuando era su banderillero.

Verás y ten enfrentarás al Señor de Sevilla, cuando llegues a la plaza más hermosa de Sevilla. No te extrañe si escuchas aplausos fuertes y atronadores, pues la abuela Gracia habrá bajado del cielo para sacar silla en la misma y ver desfilar a su nieto vestido de armao ante la mayor de sus devociones.

Feria, Arco, Basílica......y toda una Madrugá acompañando al Señor de la Sentencia. A escasos metros de ti, iré yo con mi cántara y cuando llegues de vuelta al Atrio, tras vencer y repartir Esperanza por la calles de Sevilla, el primer abrazo y las primeras lágrimas serán la mías.

Rancataplán, rancataplán, rancataplán, que se entere Sevilla entera, ¡que mi hermano Pepo, ya es armao de la Macarena!

(Fotos by Jonathan González y Noelia Arévalo)

lunes, 11 de noviembre de 2013

DE MONAGUILLO MACARENO A PRIOSTE DEL ROSARIO



De muchas formas podría interpretarse lo vivido anoche en la Basílica de la Macarena. Muchas son las "claves macarenas" que podría entresacar de ello. La vuelta de un familiar mío a su Junta de Gobierno. La rotundidad de un triunfo refrendado con la larga ovación con la que se recibió a nuestro Hermano Mayor, sin conocer aún el resultado final de las elecciones, en el interior del cenobio macareno. El Cabildo de Cuentas más numeroso, en cuanto a su asistencia, de los últimos años. O el ejemplo del ejercicio de democracia que los macarenos dimos al mundo, a los que mandan y a los que creen mandar, que nunca la democracia fue bien vista por las altas jerarquías de la Iglesia, pues escapaban a su control.

No hace tanto tiempo, que dónde hubo baculazo arzobispal, se contestó con manteca derretida teñida de añil que las vecinas del barrio lanzaban por las ventanas para contestar la osadía de pretender meter en cintura a los macarenos. Porque nuestra osadía es inversamente proporcional a la devoción universal de Nuestra Madre y Señora de la Esperanza.

Pero lejos de lo que pueda parecer, nuestra Hermandad está construida de pequeñas historias, de retales, de detalles, en los que la suma de los mismos la hicieron tan grande. Podría hablarles de muchas cosas, pero me quedo con esta historia íntima, cercana, familiar.

Anoche, un amigo, un hermano de la Esperanza cumplía el sueño, el anhelo de muchos macarenos: ser prioste de sus Titulares. Como lo fueron el recordado Pepe Mena Martagón o Miguel González de la Bandera. Y es que Jerónimo Núñez Sánchez, Jeromi para los amigos, pasará a desempeñar el cargo de prioste de Ntra. Sra. del Santo Rosario.

Nuestra relación ha sido como el discurrir de nuestras vidas, con constantes idas y venidas, con momentos de felicidad y también de roce y disputa, pero sin jamás perder el sentido de la amistad y bien hacer macareno. Conocí a Jeromi, lo mismo que a su hermano Lolo, cuando yo era acólito de la Hermandad de la Macarena e integrante de su Juventud, con poco más de quince o dieciséis años.

Entonces los hermanos Núñez ya pertenecían al cuerpo de monaguillos, a los que en muchas ocasiones acompañé a los partidos de futbito que la mañanas de sábado, -primero en el Gimnasio Atlas y luego en los campos de la Ronda de los Tejares-, la recordada María Isabel Gil Delgado había organizado contra otros equipos. También con ellos disfruté de varias Madrugás junto a la Virgen de la Esperanza, cuando portaban en sus bolsas el carbón y el incienso. Jeromi, todo mesura, clavaba constantemente sus ojos en nuestra Esperanza, quizás vislumbrando ya altares de cultos para nuestra Virgen, mientras Lolo, puro nervio, se entretenía en apartar, con toda suerte de artimañas y gracias, al respetable que se agolpaba junto al paso, impidiendo el discurrir de la cofradía. Eran la sal y el azúcar. El agua y el aceite. Pero ambos eran, sobre todo, macarenos.

Fueron pasando los años, no muchos, hasta que Jeromi ingresó en la Juventud Macarena como concatenación lógica, tras su paso por los monaguillos. Allí crecimos en la formación en materia de liturgia que el recordado D. Francisco Rabanera se encargó de inculcarnos, para que los acólitos macarenos fuéramos siempre los mejores. Y allí, entre juegos, convivencias, concursos de cultura cofrade, fuimos soñando en ser algún día priostes de nuestra Hermandad. Otros quizás aspirasen a cuotas mayores, nosotros nos conformábamos con poner aquí o allí este candelero, en ir a recoger las jarras con las flores, o vivir como un acto muy especial, aquella primera vez que por indicación de mi tío Pepe Orellana subíamos al Señor de la Sentencia al altar o a la Virgen del Rosario a su paso.

Aún recuerdo con especial emoción la Madrugá de 1996, por como se sucedieron los acontecimientos. Jero estaba previsto que saliese con un cirial en el Canopeo cuando de repente salta la sorpresa. De manera incomprensible el pertiguero del paso de palio renuncia a salir, argumentando no se que derechos adquiridos; horas antes de salir la cofradía se producía una baja entre los acólitos. Aquel año, por una promesa personal, decidí intercambiar mi puesto como acólito de la Esperanza para salir con el Señor de la Sentencia. El puesto me lo cedió Fran Castilla, hoy costalero del palio, quien se pasó al cortejo de la Virgen. Casi de inmediato los acólitos más veteranos lo tuvimos claro: ese puesto tenía que ser para Jero. Y así se hizo. Su cara era un poema, languidecía, casi no atinaba a cambiarse de ropa, al soltar la dalmática blanca de brocado por la juamanuelina de terciopelo granate y negro. Sentía la responsabilidad del novillero que debuta en la Maestranza. Aquel sueño de ser acólito de la Macarena por fin se cumplía.

Iniciaba su Estación de Penitencia la Hermandad de la Macarena con la alegría y el fervor que siempre la acompañaban. En el bullicio de la calle Feria un cara nerviosa, ojeriza, con los ojos enrojecidos de haber llorado, escudriñaba entre la muchedumbre buscando a su hijo, tal como hiciese la Virgen María en la calle de la Amargura buscando a Jesús. Al pasar a su lado le dije: "no lo busques aquí, no va el Canopeo, va en el palio con un cirial...", rompiendo los dos a llorar y fundiéndonos en un abrazo. 

Y la vida siguió pasando y aunque los derroteros nos llevaron por diferentes caminos, jamás dejamos de vernos, para reencontrarnos cursando la misma licenciatura, la de Historia del Arte, en la centenaria Universidad de Sevilla. Entonces él ya había sido escogido entre los elegidos para formar parte de la cuadrilla de costaleros del Señor de la Sentencia, mientras que yo aún aspiro a serlo algún día. Por lo pronto me consuelo con ser su aguaor, perfecta simbología de nuestra común formación en arte. ¿Existe acaso cuadro más perfecto que "El Aguaor de Sevilla" de nuestro idolatrado Velázquez? Sinceramente, no lo creo.

Hoy mi amigo Jeromi cumple nuestro sueño, el de aquella generación que vivió su hermandad de manera intensa, que creció, que se enamoró, que se hizo cofrade y mejor cristiano a los pies del Señor de la Sentencia, la Virgen del Rosario y la Virgen de la Esperanza. Mi reconocimiento y mis palabras de elogios son para tí, pues estoy seguro del acierto de tu elección. Formación, gusto y paladar macareno te sobran a raudales. Y lo mejor de todo es que podré compartir esta dicha contigo. 

Un abrazo amigo, hermano. ¡Te quiero tela!

(Foto by www.manuelgarciagarcia.com)

sábado, 12 de octubre de 2013

LA MACARENA DE ZARAGOZA



Paso de palio de la Esperanza Macarena, posiblemente en 1898, fecha del estreno de las caídas azules que se aprecian, obras de Ana y Josefa Rodríguez  Ojeda siguiendo el diseño de su hermano Juan Manuel y que hoy pertenecen a la Hermandad de la Estrella. En la delantera podemos percibir, entre la candelería, una imagen de la Virgen del Pilar.

  
Imagen vicaria de la Virgen del Pilar, atribuida al cincel del platero Miguel Cubells o Cubeles y fechada entre 1620 y 1625


Miniatura de la Ntra. Sra. de la Esperanza Macarena situada en la delantera de la carroza de la Virgen del Pilar de Zaragoza. Puede apreciarse el escudo del Ayuntamiento de Sevilla en la peana de la pieza.


Detalle de la miniatura que nos ocupa, en la que podemos apreciar que no le falta ninguno de los aditamentos propios de su indumentaria, como la corona de Joyería Reyes, el fajín, la pluma de Muñoz y Pabón, la toca de Juana Reina, el manto de la Coronación, la saya de volantes y la medalla de la ciudad de Sevilla.


Por ser hoy día de la Hispanidad, cuando se celebra la Fiesta Nacional de España, cuando el calendario nos recuerda que tal día como hoy, de un lejano 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón llegaba a los costas del nuevo continente, cuando la ciudad de Zaragoza conmemora también la festividad de su Patrona, he recordado una curiosa anécdota que no es por todos conocida: la vinculación de la Hermandad de la Macarena con la Virgen del Pilar.

Desde, al menos, finales del s. XIX, hay constancia de la presencia de una imagen de la Virgen del Pilar en la delantera del paso de palio de la Esperanza Macarena. En 1908, con motivo del Centenario de la Guerra de la Independencia, la Virgen de la Esperanza salió en procesión extraordinaria, yendo su paso de palio adornado en las esquinas con coronas de laurel y cintas con los colores de la bandera de España. Para aquella procesión, el Grupo Aragonés Virgen del Pilar acompañó a nuestra Hermandad en su transitar con grupos regionales y el Coro de Zaragoza, que agasajó a la Esperanza Macarena con interpretación de la famosa "jota" de Cecilio Navarrete con esta conocida letra:

"Unos lazos de amistad
Zaragoza con Sevilla
En Sevilla la Esperanza
y en Zaragoza el Pilar.
Cuando vaya a Zaragoza
le tengo que llevar
a esta Virgen tan bonita
a mi Virgen del Pilar"

Hay constancia de que aquel simpático grupo de aragoneses donaron una imagen de la Virgen del Pilar a la Hermandad de la Macarena.

De igual modo, también es sabido que el malogrado matador de toros, José Gómez Ortega, "Joselito El Gallo" o "Gallito", poseía una imagen de la Virgen del Pilar de escayola en su capilla particular, la cual era cedida por el torero para que presidiese la delantera del paso de palio durante la estación de penitencia en la inigualable Madrugá.

Tras la incivil contienda nacional se recibió la donación de D. José Alonso Luque de unas monedas de dos pesetas en plata, pertenecientes a su hijo, soldado del llamado "bando nacional" fallecido en la Batalla del Ebro, las cuales fueron fundidas para realizar la actual miniatura que va en la delantera de nuestro paso de palio, cincelada magistralmente por Francisco Bautista Lozano.

En 1947, Hermandad de San Lucas de los Artistas Aragoneses pidió por carta vincularse a la Hermandad de la Macarena, llegando a barajarse la posibilidad de dedicar una de las capillas del futuro templo macareno a la advocación de la Virgen del Pilar, y aunque tal posibilidad fue rechazada, pues por acuerdo de cabildo se decidió que los altares estuviesen presididos solo por los Sagrados Titulares de nuestra corporación, lo cierto es que en el ático del retablo que preside el Cristo de la Salvación, -a cuyos pies reposan los restos de D. Gonzalo Queipo de Llano y Dña. Genoveva Martí Tovar-, se corona con un relieve de la Patrona de Zaragoza.

Pero volviendo al objeto de nuestro artículo, la miniatura de la Esperanza Macarena conservada en Zaragoza, los datos, en función de la bibliografía consultada, varían solo en la fecha de ejecución, pues unos se decantan por 1942 y otros por mayo de 1972. Lo que si parece cierto es que la miniatura de la que hablamos, realizada en plata de ley con caras de marfil, fue donada por el Ayuntamiento de Sevilla, tras la recepción a la que fue invitado por su homónimo zaragozano con motivo de la celebración del "Día de Sevilla" en la capital aragonesa.

Desconocemos, hasta la fecha, el autor de esta pieza pero que duda cabe que fue ejecutada en alguno de los muchos obradores de orfebrería existentes en nuestra ciudad. El destino de la pieza fue el Museo Pilarista, en concreto en la delantera de la carroza de la Virgen del Pilar, misma carroza en la que es procesionado el Cuerpo de Cristo contenido en la Hostia Consagrada durante la procesión del Corpus de Zaragoza. Este Museo Pilarista está situado en dependencias de la propia Basílica del Pilar.

En la mañana del 13 de octubre se celebra una curiosa procesión, conocida como el "Rosario de Cristal", donde es procesionada la imagen vicaria de la Virgen del Pilar, que no es la que preside su retablo, sino una interesante pieza de plata de ley que presenta algunas partes encarnadas, para darle mayor verosimilitud, atribuida al platero Miguel Cubells o Cubeles y fechada entre 1620 y 1625, la cual es procesionada sobre la magnífica carroza que cincelara en 1933 el orfebre Jorge Albareda.

Es en la delantera de dicha carroza donde se entronizó esta curiosa miniatura de la Esperanza Macarena allende tierras aragonesas.

-A mi niña, Pilar Prados Gómez, por reunir la esencia de ambos devociones en su ser. La Virgen del Pilar en su nombre y la Esperanza Macarena en lo más profundo de su alma-.

(Fotos by Gozarte, Heraldo de Aragón y Pasión en Zaragoza; bibliografía: AA.VV. "Esperanza Macarena en el XXV Aniversario de su Coronación Canónica". Sevilla, 1989 y Heraldo de Aragón de 15/08/211)

domingo, 22 de septiembre de 2013

EL MONTY






 
En el entorno de la calle Venecia y todo el barrio de Los Granados estamos desde ayer de luto, pues fallecía un vecino muy conocido por estos andurriales: El Monty. Si tenía nombre y apellidos, nadie lo sabe o lo recuerda, pues por su mote era así conocido por todos.

Querido y odiado a partes iguales, era un inocente mendigo, trasunto vivo y fiel reflejo del cuadro "Los Borrachos" de Velázquez, -quien pareciese haber viajado a través del tiempo para plasmar sus rasgos fisionómicos en uno de los personajes retratados-, que paseaba sus cogorzas de vino blanco de tetrabick por las calles de nuestro barrio, acumulando chismes por todos los soportales, durmiendo a la intemperie hiciese calor, frío o lloviese a cántaros.

Jamás le hizo daño alguno a nadie, quizás tan solo a su familia, a su madre, a su hermano, a los que aguantaron cada noche sus constantes borracheras, hasta tener que ponerle ciertas medidas cautelares, por las quejas constantes de los vecinos del bloque.

Parecía que era indestructible. Varias veces había sido atropellado por coches, se había roto no se cuantos huesos, desaparecía y al cabo de los meses volvía a aparecer como si nada hubiese pasado. Como el recordado Indio del Polígono Sur o Vicente "el del canasto", eran de esos espécimenes de la ciudad que parecía que nunca desaparecerían, pues estaban asociados a nuestro quehacer diario.

Y pese a que son muchos los que desearon abiertamente su muerte, pues lo acusaban de ser la causa de la suciedad que en algunos momentos presentaba la calle Venecia, también hubo quien pese a todo se apiadó de él, dándole diariamente un plato de comida o pidiéndole que le ayudase a limpiar su negocio para darle unas perrillas que él, automáticamente, invertía en su afición predilecta, el vino blanco. Quizás sea el momento de agradecer a Mari Luz, la pescaera, sus desvelos para con él. Dónde otros solo veían miseria, ella supo ver a la persona. Que tomen muchos ejemplo de lo que es la caridad y la cristiandad con el más cercano.

Contigo parten las sillas rotas de enea, las latas de sardinas en aceite, las mantas y colchones, tu transistor y tu bufanda, o el puesto improvisado de naranjas amargas, robadas de los cercanos árboles de la zona, que de cuando en cuando montabas y de las que no vendías ni un ejemplar.

Puede que nadie te recuerde al cabo de unas semanas o unos meses. Mañana no habrá de ti un obituario en las páginas de necrológicas del ABC de Sevilla. No fuiste médico, futbolista o artista para que nadie te recuerde. Solo fuiste un inocente mendigo que ya has partido al encuentro del Padre Eterno. Tan solo unos cuantos puede que dediquen una misa por tu alma en la cercana parroquia de San José Obrero.

Descanse en paz. Amén

domingo, 7 de julio de 2013

DE BLANCO Y ORO



Tras muchas semanas de ausencia, motivado por mis compromisos profesionales, hoy vuelvo a publicar una nueva entrada en este mi humilde blog. Y qué mejor forma de hacerlo que recurriendo al espléndido artículo que el pasado viernes publica el escritor Paco Robles en páginas de ABC de Sevilla. ¡Disfrútenlo!


En la cal de una fachada. Ahí, en ese verso que es el arranque de una soleá que no tiene más remate que la lentitud declinante de este sol de julio, soñó Juan Sierra a la Macarena. «En vino blanco, en romero, / en la cal de una fachada, / yo te pienso cuando quiero, / ¡lirio de la madrugada!» Así imaginaba Sierra a la Muchacha que el lunes se visitó de blanco y oro, como un torero que quiere detener el tiempo con sus muñecas cuando suenan l os clarines de l a alternativa. De blanco y oro. Como uno de esos cuadros en los que Turner se olvida de los detalles del mundo, y reduce la pintura a la máxima expresión de la luz. Como ese retrato que le he dejado Carmen Laffón para que los siglos venideros sigan mirándola con los ojos del asombro. Como la cal de una fachada del antiguo barrio de San Gil incendiada por esa «brisa que quema y no arde, / clavel de donde consume / su más secreto perfume / todo el oro de la tarde». 

Mujeres silenciosas iban dándole a Garduño los alfileres y las mariquillas. Mujeres privilegiadas que sostenían esos metales tan nobles como populares en la penumbra amorosa del camarín. Una toca que estaba hecha polvo, literalmente descosida, resurgió de sus cenizas cuando se la colocaron alrededor de esa asimetría que convierte su rostro en la hechura perfecta de la Mujer. Fuera, la ciudad ardía. Las noticias repicaban en el campanil achicharrado de los teletipos. Dentro, ese rumor basilical que convierte el templo en una calle cubierta del barrio, en un lugar donde se está tan a gusto que los relojes se quedan olvidados en este rincón de la gloria. 

Como decían la otra noche dos amigos acodados en la barra de un bendito bar, al final lo importante está en la Macarena. Se va un año y viene otro, pero Ella siempre se queda, como escribió Joaquín Caro Romero, el poeta macareno por excelencia, el que fijó su edad en los diecinueve abriles que cumple cada mañana. Subir a esa habitación que los suyos le han puesto en la casa de vecinos de su basílica, a ese camarín donde sus perfiles se duplican en los espejos versallescos que rompen todas las simetrías imaginadas por el Arte, es olvidarse del mundo y sus aristas. Situarse frente a Ella, rozar la eternidad con las pupilas cuando nos reflejamos en esos ojos que se abren a la urbe y al orbe, al pasado y al porvenir. 

Entonces comprendemos, con la ecuación del escalofrío, que la vida cabe en esa mirada. Todo está concentrado en esa forma de entender la vida que espera al otro lado de la muerte. Ése es el resorte que La impulsa a salirse del paso. Lo suyo es salir al encuentro. Imantar al que busca su nombre cuando se pierde en la niebla de la desesperación. Que nadie pregunte el porqué, porque no hay razón que pueda explicarlo. Pero al verla así, de blanco y oro, alguien sintió que ésos eran los colores más puros de la Esperanza.

lunes, 13 de mayo de 2013

YO ESTUVE CON ELLA. ¿Y TÚ?





Que si no era 15 de Agosto. Que si gladiolos en vez de lirios. Que sí este Arzobispo no se entera y se dedica a jugar a los pasitos, y nada menos que con la Patrona. Que si era el traslado de la Virgen del Rocío y yo, que soy muy rociero, ¡cómo me lo iba a perder!. Que el Rosario del Año de la Fe era una pantomima. Que faltaban el ejército con su bandera y la banda de música. Que dónde estaban los cofrades de golpe en el pecho. Y las mariquitas despotriconas de gloria, expertas en encajes, ¿dónde estaba?

Pongan ustedes todas las excusas que quieran, pero yo si estuve con mi Patrona, con mi Virgen de los Reyes, recuerden, aquella del "PER ME REGES REGNANT". Luego el 15 de agosto estará la Sevilla más rancia en torno a su festividad, pero los que de verdad le profesamos devoción a su encuentro acudimos. Y entre otras, la señora mayor que cada año, vestida de riguroso negro de luto, la acompaña con sus lágrimas y su pañuelo junto a la valla.
 
Lo demás, son tonterías. Yo estuve con Ella, ¿y tú?

(Foto by Rafael Ríos Delgado)